Joaquín (54) y Víctor (28), ambos gauchos de la Patagonia chilena, son contratados como arrieros en un rancho del oeste de Estados Unidos para cuidar a miles de ovejas.
Dejan sus vidas y familias atrás con el sueño de vivir la vida de los cowboys y volver al país con un poco de ahorros. Acompañados solamente por sus caballos y perros, tendrán que proteger su piño de los depredadores, en una tierra ajena que creían poder dominar.