Santiago de Chile, 2012. Al volver a clases en su liceo de niñas, Alexandra (17) no quiere enfrentar la realidad: ni el fracaso de un año de movilización ni su precoz embarazo.
Pasar de la utopía, donde la política se hace entre mujeres, al espacio doméstico y repetitivo de la casa es el desamparo. Alexandra ve sus sueños desvanecerse y sus fantasmas autodestructivos volver a florecer en ella.