18 – 25 AGO 2024

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Entrevista a Valentina Reyes, directora y guionista de “Las mujeres de mi casa”: “El tema principal de la película es la memoria”

La producción ganadora a Mejor Película en la Competencia de Cine Chileno de SANFIC 2020 cuenta la historia de una familia de tres mujeres y sus distintos procesos de vida en torno a una casa en Ñuñoa. En esta entrevista, su directora y guionista nos cuenta cómo se originó la película y cómo fue para el equipo su estreno en plena pandemia.

Con 23 años y recién titulada de la carrera de Cine en la Universidad del Desarrollo, Valentina Reyes estrenó en SANFIC 2020 Las mujeres de mi casa. Esta es su primera película, que surgió a partir de un guion inspirado en la historia de sus abuelos. Recientemente, a ambos habían diagnosticado alzheimer, por lo que habían debido dejar la casa y la memoria que habían construido en torno a ella durante 50 años.

“Fue un poco loco, porque es una historia súper íntima, pero mis compañeros se empezaron a identificar con la historia porque estamos en una etapa, a nuestra edad, en que nuestros abuelos ya están súper viejitos, la gran mayoría tenía alzheimer también, entonces ahí se empezaron a identificar con la historia y a decirme «Yo siento lo mismo que tú». Entonces fue súper bonita la experiencia, a medida que iba escribiendo el guion me iban compartiendo sus historias también o anécdotas que habían vivido con sus familias, entonces al final estábamos todos en la misma parada de estar evidenciando de cierta forma la muerte de nuestros abuelos”, comenta Valentina.

Valentina Reyes es directora y guionista de Las mujeres de mi casa

Fue así que comenzó la idea que luego se convertiría en la ganadora a Mejor Película de la Competencia de Cine Chileno de SANFIC16, que cuenta la historia una familia compuesta por tres generaciones de mujeres y su vida en torno a la casa donde han vivido durante años en Ñuñoa, donde cada una deberá lidiar con sus distintos procesos y etapas de vida.

De esta forma, la película se convirtió en el proyecto de título de la generación de Valentina, quien es guionista y directora la de producción, y donde cada uno de sus compañeros aportó en la creación, producción, grabación y postproducción.

Dos años después de esta idea inicial, fue estrenada en la primera versión digital de SANFIC, resultando ganadora a Mejor Película en la Competencia de Cine Chileno por “ser una película que construye un retrato intergeneracional en donde la memoria, el espacio y el tiempo se convierten en una alegoría sobre los afectos, los recuerdos, la pérdida y la complicidad de un espacio femenino que se resiste a extinguirse”. Luego también fue parte del Festival de Cine en Red – REDFECI y del Festival Internacional de Antofagasta, así como del Festival de Cine Inédito de Mérida, en México.

Grimanesa Jiménez, Trinidad Rojas y Bernardita Nassar interpretan respectivamente a Emilia, Mónica y Leonor en la película

 

  • ¿Qué significa para ti y para el equipo haber estrenado la película en SANFIC y luego haber recibido el premio a Mejor Película en la Competencia de Cine Chileno?

Fue increíble porque no pensábamos que íbamos a quedar en SANFIC, porque igual uno se minimiza por ser estudiante, pensando «no sé si mi película es tan buena», porque no se tiene tanta fe. Y cuando quedamos fue genial y entretenido, porque era la única mujer (directora de la competencia), entonces fue bonito. Y ya después, ganar fue muy loco para todos nosotros, porque jamás lo pensamos. Si tampoco habíamos pensado en que íbamos a quedar en SANFIC, ganar fue muy loco. Así que estábamos todos felices, justo estábamos en una etapa del coronavirus que estaba muy heavy en agosto y no pudimos celebrar ni nada, pero yo creo que ya pronto vamos a poder celebrar todo. Así que fue muy lindo, todos estábamos muy felices por el premio.

  • ¿Cómo sentiste o viviste el feedback del público?

Me sorprendió que gente que yo no conocía me escribió en Instagram, agradeciendo por la película. Otros me mandaban audios llorando, yo encontraba lo muy heavy, porque jamás pensé que a la gente le iba a llegar tanto la película. Se sintieron súper identificados, otros me decían que tenían muchas ganas de ver a sus abuelas, a sus tías. Entonces fue súper bonito todo lo que me escribieron, me mandaron audios, me llamaron, y fue súper bonito, no me esperé que la gente me escribiera para darme las gracias y felicitarme.

  • Esta es una película protagonizada por mujeres y dirigida por una mujer. ¿Cómo ves el rol de la mujer en la actualidad en el cine y sobre todo en el cine chileno?

 Como mujer yo creo que cada una tiene su objetivo al hacer cine, pero por lo menos mi objetivo como mujer es hacer que nos veamos como seres humanos simplemente. Dejar de hacer películas con el típico estereotipo de mujer, me interesa mucho hacer de esta mujer una persona con problemas cotidianos, porque es un ser humano simplemente.

  • ¿Cómo fue cambiando la primera idea que tuviste de hacer una historia en torno a tus abuelos hacia la de estas tres mujeres que vemos en la película?

 Al principio la película era sobre una nieta, el papá y los dos abuelos, que era mi historia. Pero sentí que me afectaba mucho que fuese tan personal, al final estaba escribiendo desde mí y era demasiado personal, y me costaba más hablar del tema, me tiritaba la garganta siempre que hablaba de la película. Entonces ahí decidí alejarme un poco de mi historia y de mi familia, y crear otros personajes, y ahí pensé que era súper oportuno hablar de tres mujeres (…) de distintas generaciones, para mostrar lo distintas y diversas que podemos ser las mujeres según nuestra historia y personalidades.

  • En la película vemos dos memorias que se van perdiendo, la de la abuela y la de la casa. ¿Cómo decidieron abordar esta temática, la de la memoria?

Yo creo que el tema principal de la película es la memoria, porque yo la quise hacer, más que por el alzheimer de mis abuelos, por la casa, porque la casa en la que estaban ellos era una casa que fue de ellos durante 50 años, y yo desde que nací siempre iba para allá. Entonces cuando mis abuelos ya fueron llevados al asilo, empezó todo el proceso de vender y regalar sus cosas, porque no teníamos dónde dejarlas. Entonces cuando yo iba a la venta de garaje y veía cómo la gente se llevaba las cosas, a mí me afectó mucho ver eso, porque era ver como todo el esfuerzo de mis abuelos se estaba esfumando. A partir de ahí es que dije: voy a hablar de esto, porque la gente dice que lo material no es importante, pero al final sí es importante porque tú le otorgas un valor y una memoria.

  • ¿Qué elementos usaron para reforzar las ideas centrales del relato? ¿Especialmente la memoria en torno a la casa?

En sonido, intentamos que la casa de por sí tuviera una vida propia, como el tema de los crujidos. También el barrio que, aunque no lo vemos, se escucha, se siente. Si uno vive en Ñuñoa o en Santiago se podría dar cuenta de donde está ubicado. En ese aspecto fue más que nada la vida de la casa, que tiene una historia propia fuera de los personajes. En arte quisimos reforzar lo de la memoria con el tema de los objetos, el envejecer la casa, que se viera que había pasado mucha historia y muchas cosas ahí. Y en la fotografía fue más de improvisación, que usamos también en la dirección de actores, de ver qué nos entregaba la casa, de ver qué pasaba.

 

 

 

 

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