En su búsqueda por revelar el dolor y el miedo que padece la ciudadanía tras dos décadas de una violencia desbocada por la llamada guerra contra el narco, cuatro periodistas se han convertido en blancos de represión. Ellos, así como cientos de sus colegas, son en simultáneo, investigadores y víctimas de la narcopolítica mexicana.
Este retrato íntimo exclama con sentido de urgencia que la libertad de prensa no puede permanecer bajo asedio.